Todos están preocupados por cómo va a pagar Sole la deuda que ha contraído. Ella insiste en que el problema es sólo asunto suyo y les pide que no se entrometan. Sin embargo, Charo, incapaz de mantener un secreto, acabará convirtiendo la grave situación económica de Sole en la comidilla del barrio. Gonzalo, Pablo y el frutero, hartos de las mujeres, deciden actuar como si no existieran. Sin embargo, en cuanto aparece Irene, el pacto de caballeros que habían establecido cae por tierra. El sueño profesional de Diana se hace realidad. Por fin consigue un papel en una obra de teatro de Shakespeare, lo que supone convertirse en una actriz seria y respetada. Sin embargo, cuando conoce la dura situación de Sole, se plantea dejar este trabajo y aceptar una oferta de un papel cutre en televisión que está muy bien pagado.