Elly se ha comprado un par de zapatos nuevos muy bonitos para disfrazarse. Le gustan tanto, que no se los quiere quitar ¡ni para irse a la cama! Le hacen mucho daño en los pies, no puede jugar con sus amigos. Al final, Elly se da cuenta de que los zapatos están muy bien para disfrazarse, pero que lo mejor es quitárselos para jugar con sus amigos.